Hay días en los que uno no quisiera existir o que terminasen en un abrir y cerrar de ojos, ¿¿¿verdad??? Pues imaginad que ese sentir es vuestra monotonía desde que salís de la cama y un día tras otro... No hablo desde el victimismo, ni mi posición es la de dar pena a nadie. Solo quiero descargar esta mochila que me pesa tanto y que me tiene hundido en un espacio oscuro, que huele a humedad y a aire viciado por el paso de un tiempo que se me está haciendo cada vez más inaguantable. Me cuesta mucho pedir ayuda; me enseñaron que eso era mostrar debilidad y que las personas podrían usarla para hacerme daño. Aprendí a superarme en silencio, refugiado en rincones donde me sentía seguro, lejos del mundo adverso en el que vivía. Me inculcaron que los trapos sucios se limpiaban siempre en casa, Ocultaba, callaba, cubría... siempre cargando pesos que no correspondían a un niño que se cubrió con una burbuja para no salir tan manchado. Poco a poco se fue encerrando en ella, creándose un asteroide seguro para él, pero con un precio tan alto que a día de hoy todavía lo sigue pagando...
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