Hace tiempo tomé una sacrificada decisión; prometí no dejarme llevar por la desidia, la frustración... y buscar la compañía arropadora del frío que promete silencio y calma en el núcleo demolido por un tiempo que dejó un potente perfume ungido hasta los huesos. En su momento lo intenté y, en la consciencia de mi regreso a mi caos, descubrí el dolor ajeno que causó mi cobardía.
Llevo un tiempo en que volvió el bucle que me propone un viaje hacia un oasis vilipendiado por la mayoría y que promete los moros y el oro de Moscú. Pero por muy atrayente que sea para este cansado ser, aún sigue el principio de no romper entretelas que laten; de no dejar corromper propósitos que no me pertenecen.

De momento; y con la certeza de que mis brazos no pueden con esta tormenta, me dejaré llevar con avión o sin él... hacia "NINGUNA PARTE". Tal vez allí encuentre una cama donde dormir como la bella durmiente, hasta que llegue el monstruo de las galletas y me invite a un té.

De momento; y con la certeza de que mis brazos no pueden con esta tormenta, me dejaré llevar con avión o sin él... hacia "NINGUNA PARTE". Tal vez allí encuentre una cama donde dormir como la bella durmiente, hasta que llegue el monstruo de las galletas y me invite a un té.
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