Nunca salí airoso de ninguna crisis; recuerdo a duras penas solo una ocasión donde mi mundo se envolvió de un aura dorada y reluciente, pero duró lo mismo que me dura un donut en las manos. Estoy muy cansado, al límite de tirar la toalla a la lavadora y que el suavizante haga su función refrescante. No sé si la brisa del Caribe me hará recobrar la lozana vehemencia con la que abrazaba todo lo que mi corazón tocaba al son de una bossa nova inexplorada, pero lo cierto es que el desaliento tiene seco mis pulmones y el poco oxígeno que llega lo hace adulterado. Necesito un chute de azúcar tan grande, que me da igual de dónde venga... Solo sé que me gustan los donuts y que la pastelería la tengo muy lejos e inaccesible.
domingo, 8 de junio de 2025
ME GUSTAN LOS DONUTS...
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